miércoles, 3 de junio de 2009

10 cosas que hacemos todas las secretarias

1-Mentir.
Suena duro, pero es así. Cada vez que un paciente nos increpa para hablar con el doctor, lo ponemos en espera, nos miramos las uñas un ratito, y le decimos: "el doctor lo va a llamar en cuanto se desocupe, dice que no se preocupe".
Señor, señora, ¡mi jefe me cuelga si le paso su llamado!

2-Ponernos en "piloto".
Aquél mito de que las muejres no pueden cruzar la calle y masticar chicle a la vez es refutado diariamente por miles y miles de secretarias. Cada vez que una vieja nos cuenta por teléfono que "el doctor me operó de la cadera hace 15 años y ahora me duele el codo", nosotras leemos el diario, le damos turno al paciente que recién salió del consultorio y preparamos el pago del contador. A ver, al único que le pueden interesar sus dolencias, es al médico.

3-Hablar mal de los pacientes.
Cuando la gente cree que una no se acuerda de las caras, está muy equivocada. Nosotras sabemos quién se sacó los mocos en la sala de espera, quién fue al baño durante media hora, quién tiene mal aliento... la gente es muy ingenua.

4-Intoxicarnos con café.
Es inevitable. Say no more.

5-Hacer un balance entre ceder/perder tiempo.
Cuando una vieja pide un sobre turno, una debe calcular rápidamente qué reportará mayor prejuicio: el tiempo que tardará la señora en ser atendida (o sea, qué tanto más tarde nos vamos a casa), o qué tanto tiempo va a tenernos en el teléfono hasta entender que no puede venir. Habitualmente ninguna opción es buena.

6-Negarnos.
Ante la duda, decir no. La gente siempre hace lo mismo, les das la mano y te agarran el codo. ¿Un sobreturno? Imposible. ¿Una Excpeción? No hacemos excepciones. ¿Un favor? No estamos autorizadas.

7-Esperar ansiosamente el día de la secretaria.
Al pedo, porque jamás nadie lo recuerda. Si algún día necesitan un favor, y esa fehca está cercana (es el 4 de septiembre, por si no sabían), y aparecen en el consultorio con un chocolate, seguro consiguen su cometido.

8-Odiar a las obras sociales.
Nunca atienden el teléfono, nunca saben de qué les estás hablando, no conocen el código, no les llegó el fax, no están en horario de atención, y no, ese no es el número de afiliado.

9-Tener memoria selectiva.
Ojalá la gente no pidiera tantas estupideces, así no se sentirían tan abandonados. No voy a dejar un recordatorio de que la señora x en realidad quería a la s6, no 6 y media. No. Venga otro día si tanto le molesta. Ni voy a grabar en mi memoria que a una persona le parece mal esperar 10 minutos. No se lo voy a transmitir al docotor.

10-Ser secretarias.
Yo trabajo para mi jefe, no para sus pacientes.

1 comentario:

Carlita dijo...

Demás esta decir que me siento completamente identificada!!! si querés te mando mi tipologia de pacientes y te cuento algunas historias jajja beso
otra secre ofuscada