sábado, 24 de mayo de 2008

El Rata

Estar sentada detrás de este escritorio es el equivalente a un tour antropológico donde se descubren las más extrañas cosas sobre el género humano. Quiero decir que, si bien ciertas situaciones se han hecho una rutina en mi vida, no deja de sorprenderme que la gente haga cosas y piense que una no se da cuenta de sus verdaderas intenciones.
Acá les dejo una nueva muestra de lo que una se ve forzada a tolerar al menos una vez por día.

El Rata no se parece en nada a La Quejosa. Mientras que ella es una vieja horrible que además se viste mal, él es un típico galán de San Isidro. Siempre está a la moda, es refashion, si pudiese venir con lentes oscuros, lo haría. Yo supongo que gastar tanto en su imagen hace que se comporte como un guanaco cada vez que viene.
Decía, que mientras La Quejosa, justamente, se queja, El Rata, no. Nunca se queja, al menos en forma directa.
Una le da turno y no exige ver antes al médico, ni pretende pasar antes que otras personas, y siempre la trata a una con amabilidad. Hace comentarios locuaces, sonríe...
Pero, además de que esa bananería es insoportable, El Rata es... rata.
Si viene a atenderse en forma particular, la charla se da más o menos así:

El Rata: -Hooolaaaa linda, cómo estás? Qué calor, eh? Está muy demorado el doctor?

Todo con una impecable sonrisa de dientes blaquísimos. En realidad, ni le interesa saber cómo estoy ni le importa si tiene que esperar, solo quiere que veamos lo maravilloso que es, ganar nuestra simpatía para después conseguir lo que quiere.

Yo: -Bueno, y tendría que cobrarte ochenta pesos.

El Rata: -¿Ochenta pesos? Ehhhh!!!! Se le fue la mano al doctor, eh? Qué te hace en la consulta que te cobra tanto? Te hace un yeso de oro?? ja-ja.

Se para con su mejor pose de langa al lado de mi taza de café y me mira, sonriente, seguro de haber triunfado. Espera, en silencio, la confirmación de su solapado regateo.

Yo: -Sí, ja-ja... la consulta particular es de ochenta pesos.

El Rata no desespera, tiene todavía ases bajo la manga.

El Rata: -Ja-ja, sí.. es que yo soy paciente del Doctor hace muchos años, desde que atendía en el otro consultorio ahí en.. en Diego Palma, viste? En ese consultorio donde atendía también esa médica, que creo que atendía chicos.. y bueno, yo siempre me atendí particular, y creo que antes cobrara cincuenta, no?

Yo: -Ahh.. la verdad que no le sabría decir, porque yo no conocí ese consultorio. Pero ahora la consulta es de ochenta pesos.

El Rata (sonriendo, cómplice): -Buenobueno, vos no te preocupes, yo me arreglo con el doctor.


Unos minutos más tarde, El Rata entra, triunfante, en el consultorio.
La gente sigue llegando, el teléfono sigue sonando, y él sigue en su consulta.
A la media hora sale. La sonrisita estúpida se le borró de la cara. Me acerca un billete de cien.

El Rata: -Tomá, no tengo cambio.







Nota: cuando digo que hay gente rata, no exagero. ¡Si algunos que tienen una obra social que les cubre la consulta hasta se niegan a firmar la planilla!

1 comentario:

Jota dijo...

no envidio tu trabajo... para nada.

Para que sea .com tenés que tener un servidor, creo, no entiendo mucho de eso. Lo tenía en blogspot y como mi hermano entiende del tema me lo pasó a un .com. Sinceramente, soy medio corto en estos asuntos...